Medio año de propaganda, millones de pesos en spots y en campañas negras contra sus adversarios; seis meses de compra y coacción del voto, de apoyo presidencial y porras de comentaristas afines en los medios, más la estructura de tres partidos, no le han alcanzado al candidato del PRI, MC y Panal más que para rebasar a los llamados candidatos independientes. Sin embargo, en opinión de Francisco Abundis, director de la encuestadora Parametría, no todo es culpa del candidato y de su equipo, sino que le pesa el desprestigio que se han ganado a pulso el PRI y la administración de Enrique Peña Nieto.

CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).- En seis meses de campaña a José Antonio Meade y al PRI nada les ha funcionado. Desde que arrancó la precampaña el 12 de diciembre en San Juan Chamula, Chiapas, el candidato y su partido han hecho cambios en su equipo y en la dirigencia, desplegaron una guerra sucia contra sus adversarios y han tenido ayuda desde el gobierno para lograr una mejor posición.

Ante este panorama, las baterías del priismo se han enfocado en obtener para Meade el segundo lugar y ganar terreno en las elecciones locales para que, desde los congresos estatales y los gobiernos de los estados, se otorgue apoyo al PRI, que enfrenta la posibilidad de un descalabro peor al de 2006, cuando Roberto Madrazo quedó en 22% y el PRI en 29% de la votación, advierte el director de la empresa de sondeos Parametría, Francisco Abundis.

Aunque no le quita responsabilidad al equipo de Meade, encabezado por Aurelio Nuño, de la mala campaña que ha llevado a cabo, Abundis destaca dos datos que han pesado en todo el transcurso de la campaña: el 60% de opinión negativa de Peña Nieto y el 40% para el PRI.

“Con eso era muy difícil remontar porque las variables de corrupción, violencia, inseguridad, devaluación y la inflación no han cambiado, y eso es lo que impacta en el ciudadano”, precisa Abundis, que en 2016 fue el primer encuestador que detectó el enojo social y la corrupción como factores de incidencia en las elecciones.

“Para ser justos y no cargarle todo al candidato, hay que decir que es el presidente y el PRI los factores que han afectado la contienda de Meade; él no tiene toda la culpa porque es impresionante el desprestigio que le generan el presidente Enrique Peña Nieto y el PRI. Son las dos cosas juntas y hubiera sido lo mismo si el candidato hubiese sido Miguel Ángel Osorio Chong”, precisa Abundis, quien cursó maestrías en políticas públicas en la Universidad de Oxford, y en asuntos internacionales en la Universidad de Columbia, además de especializarse en temas de opinión pública y comportamiento electoral.